LOS BUENOS NO VAN AL CIELO

Éste no es un simple libro de autoayuda, es un libro de revolución interna. No está enfocado exclusivamente en elevar tu concepto personal, sino en devolverte tu identidad y en hacerte consciente de tu sorprendente naturaleza espiritual, lo que te llevará inevitablemente a experimentar nuevos niveles de libertad.

Mientras para algunas personas la percepción de sentirse vivas, y su interacción con el mundo se convierte en una dulce y maravillosa aventura, para otras es asumida como un arduo, tedioso y amargo viaje. La diferencia entre una y otra interpretación, radica exclusivamente en la perspectiva, la que a su vez obedece al sistema de creencias.

El sistema de creencias, o la percepción de nuestra relación con el mundo, no es algo necesariamente rígido e inmodificable, es todo un sistema maleable que responde exclusivamente a nuestro enfoque y voluntad.

Suena alentador, ya que una nueva perspectiva le brinda al ser humano herramientas más efectivas que la simple reacción ante las circunstancias. Le devuelve la libertad para relacionarse consigo mismo, con su entorno y con el universo, de la manera en que lo considere más conveniente.

Libertad para soñar, para pensar, para cambiar, para adquirir una nueva perspectiva; para saber que somos más que simples espectadores.

Libertad para relacionarnos con el universo de manera cada vez más digna y consciente, para saber que la sensibilidad del universo es el reflejo de nuestra ilimitada sensibilidad interna.

Libertad para remoldear la creación, para liberar el miedo a comenzar de nuevo, para hacer valer nuestro derecho legítimo de reestructurar la existencia y construir el destino que soñamos.

Libertad para dignificar al hombre y convertirlo en algo más que una simple marioneta.

Libertad para encarnar una nueva humanidad, que sueña, que siente, que vive, que reclama su derecho a ser feliz, sin que ello se constituya en un delito moral.

Libertad para explorar internamente, la fuente inagotable de la que todo nace, sin importar que dicha fuente sea llamada amor, energía, conciencia o Dios.

Libertad para intuir nuestra relación directa con la fuente común, y encarnar su conciencia aquí en la tierra.

Libertad para disolver la ilusión y recuperar nuestra memoria divina.

Libertad para explorar, para saber que hay más caminos que la inmóvil resignación.

Libertad para tener el coraje de acceder a nuestra herencia divina, para reconocer la trascendencia de nuestro ser.

Libertad para mirar el miedo, la angustia, la ira o el dolor, desde una perspectiva más amplia.

Libertad para aceptar el cambio, para intentar cosas nuevas, para lograr lo que nadie antes pudo.

Libertad total para aceptar la verdad que realmente somos, para transformar nuestro entorno, y finalmente crear un paraíso aquí en la tierra.

Idioma: CASTELLANO

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