EUGENIO ZOLLI
Eugenio Pio Zolli (Brody, Ucrania, 17 de septiembre de 1881 ? Roma, 2 de marzo de 1956) fue el Gran Rabino de Roma durante la Segunda Guerra Mundial. Luego de la liberación de Roma se convirtió al catolicismo y adoptó el nombre de bautismo del Papa Pío XII, Eugenio.
ació con el nombre de Israel Anton Zoller en una familia judía polaca. En 1904, a los 23 años, viajó a Viena y luego a Italia, donde se estableció. Nombrado Gran Rabino de Trieste en 1920, enseñó lengua y literatura hebreas en la Universidad de Padua. Allí conoció y desposó a Emma Majonica, con quien tuvo una hija, Myriam. Obtuvo la ciudadanía italiana en 1933, y a causa de la política de italianización obligatoria de los nombres instaurada durante el fascismo, adoptó el nombre de Italo Zolli.
A partir de 1940 fue el Gran Rabino de Roma. Durante la ocupación alemana que siguió al derrocamiento de Mussolini por parte del Gran Consejo Fascista (1943), Zolli se dedicó a intentar garantizar la seguridad de los judíos de Roma. Así, facilitó en muchos casos la ocultación o el traslado a zonas menos peligrosas.
En ese período conoció al Papa Pío XII. El 27 de septiembre de 1943, el coronel Herbert Kappler, jefe de la Gestapo en la Roma ocupada exigió a la comunidad judía que le entregara 50 kg de oro en tan solo 24 horas, bajo pena de deportación a Alemania en caso de incumplimiento. La comunidad solo logró reunir 35 kg del metal, por lo que Zolli pidió ayuda a Pío XII para reunir el resto del rescate. El pontífice puso a su disposición la cantidad faltante.1
En septiembre de 1943, Zolli renunció al cargo de Gran Rabino, sin expresar motivos. La comunidad judía de Roma le propuso ser director del Colegio Rabínico, pero Zolli no aceptó.
Al recibir el bautismo en la basílica de Santa María de los Ángeles, el 13 de febrero de 1945, escogió el nombre de Eugenio en honor al Papa Pío XII, cuyo nombre de nacimiento era Eugenio Pacelli. Su esposa Emma y su hija Myriam también adoptaron el catolicismo, esta última un año después. De acuerdo con su biógrafa Judith Cabaud, en octubre de 1944, el día de Yom Kippur, tuvo una visión dentro de una sinagoga, en la que Jesús le decía: «estás aquí por última vez: a partir de ahora me seguirás»