ESTHER GIMENEZ

Mi particular ángel caído pareció desde el principio enfundarse en una poesía epigramática, sobria, rotunda, que respondía a la necesidad de explorar los límites, de pendular entre lo vivido y lo no vivido, lo aprendido y lo inventado, lo revelado y lo velado. Parece esta la única forma de adentrarse en materia solemne, un abrirse paso entre la ...

Destaca en este libro, entre otras cualidades, un sorprendente dominio de las formas y las técnicas poéticas, integrado en una concepción irónica y contemporánea del amor y de la vida. El examen Encima de la mesa está enchufada, Se necesita luz artificial para saber hacer con qué mirada no el amor. Y el espejo, ¿con qué cuerpo?