CHAIM PERELMAN
Yakov Isidorovich Perelman nació el 4 de diciembre de 1882 (22 de noviembre por el calendario viejo) en la ciudad de Bielostok, de la provincia de Grodniy, en el actual territorio de Bielorusia.
Su padre trabajaba de administrativo en una fábrica textil y su madre era profesora de educación primaria. Yakov era el segundo hijo de la familia. La familia vivía de alquiler en un pequeño apartamento y con el miserable sueldo que ganaba el padre llegaban a final de mes con muchas dificultades. En el mes de septiembre de 1883 muere su padre y todo el peso de la educación de los hijos recae sobre los hombros de la madre. A pesar de su precaria situación, ella hizo todo lo posible por dar a sus hijos una buena educación.
En el año 1890, Yakov entró en el primer curso de primaria y el 18 de agosto de 1895 entró en la escuela de oficios de la ciudad de Bielostok, único centro de enseñanza media de esta ciudad.
Dotado de nacimiento, trabajador, tuvo mucha suerte con los profesores quienes aspiraban a dar a sus alumnos no sólo los conocimientos sino también los hábitos de pensar por ellos mismos y saber realizar la investigación científica sin abandonar ante las dificultades.
La labor de Yakov Perelman como divulgador de la ciencia empezó en los años escolares. El 23 de septiembre de 1899 publicó en el periódico de Grodniy Las noticias provinciales de Grodniy bajo el seudónimo Y. P., el artículo Con motivo de la lluvia de fuego que esperamos.
La razón de la aparición de dicha publicación era un rumor propagado en este tiempo sobre la aproximación del fin del mundo. Habían dicho la fecha concreta, el día 1 de noviembre según el calendario viejo. En este día en la Tierra, según las palabras de los oráculos, debería caer una lluvia de estrellas que haría desaparecer todos los seres vivos de la Tierra. Perelman se atrevió a dar explicación a este fenómeno y desmentir los rumores de los oráculos. En forma de conversación desenfadada, junto con sencillos cálculos fáciles de recordar y comparaciones acertadas, Yakov contó a los lectores acerca de la lluvia de asteroides de Leónidas, que con envidiable regularidad regala a los habitantes de la Tierra un magnífico e inolvidable espectáculo. Al final del artículo contaba que la lluvia de fuego es un fenómeno natural y no trae ningún peligro a la humanidad.
La publicación del artículo descubrió a Yakov y él se dedicó al aprendizaje con más esfuerzo. El 3 de julio finalizó el curso en la escuela de oficios de Bielostok y en agosto del mismo año consiguió una plaza en el Instituto Forestal de San Petersburgo. A pesar que el Instituto Forestal preparaba a los especialistas en silvicultura, también daba una excelente enseñanza superior. Aparte del aprendizaje de las materias específicas dedicaba bastante tiempo a las matemáticas y la física superior que estaban más cercanas al joven Perelman.
El aprendizaje fue conquistando a Yakov, pero su vida no era fácil. Era necesario pagar los estudios, el alquiler, la comida. En este tiempo no podía contar con la ayuda de su madre, ella estaba mucho tiempo enferma, y no tuvo medios para ayudar a sus hijos. Su hermano mayor, Osip, también estaba estudiando en el Instituto Forestal.
Entonces Yakov pensó en buscar dinero en el mundo del periodismo. Su primer artículo El centenario de los asteroides fue publicado en el número 4 de la revista La naturaleza y los hombres en el año 1901. Lo firmó también con las letras Y. P. que acompañaron, en el futuro, muchas publicaciones de Perelman.
Los honorarios por los artículos publicados eran insuficientes y Perelman se vio obligado a pedir al director del Instituto Forestal que le liberara del pago del primer semestre del curso 1902-1903. Teniendo en cuenta los magníficos resultados del estudiante su petición fue aceptada.
En el mes de mayo de 1903 muere su madre y al regreso del entierro, a San Petersburgo, comenzó a estudiar con mayor interés aún. Ahora, como excelente estudiante y huérfano que es, empieza a recibir las becas. En el año 1908, Perelman presenta su proyecto de fin de carrera con el tema La fábrica de madera de Staraya-Rus, su equipamiento y producción. Pasa sus exámenes y el día 22 de enero de 1909 consigue el diploma de honor.